Alejandro Pérez Lugín (Madrid, 1870 – La Coruña, 1926).
Periodista y escritor, con obras como La Casa de la Troya y Currito de la Cruz, entre otras, fue uno de los
ilustres pioneros e impulsores de la industria cinematográfica nacional en
tiempos del cine mudo; industria que por ese tiempo andaba algo parca de ideas
y brío emprendedor.
El éxito cosechado por sus novelas propició la adaptación
a la pantalla de dos de ellas, haciéndose cargo él mismo de su realización.
Para ello creo su propia productora, Troya Film, en un intento de controlar
hasta el más mínimo detalle.
Troya Film no tuvo sin embargo gran recorrido, pues tan
sólo alcanzó producir tres títulos. Dos de ellos, como decíamos, de propia
cosecha guionística, La Casa de la Troya (1924) y Currito de la Cruz (1925) y otro perteneciente a una
obra de Santiago Rusiñol titulada L’auca del senyor Esteve, aunque este último título fue
producido en 1929, cuando se cumplían tres años de la muerte de Alejandro Pérez
Lugín.
L'AUCA DEL SENYOR ESTEVE (1929)
Programa de mano troquelado y articulado
La desaparición de Pérez Lugin enlutó a las gentes del
mundo de las artes, sucediéndose las loas al literato y al director de escena.
Tan sólo había necesitado dos películas para ser reconocido como uno de los
grandes abanderados de la cinematografía nacional. La prensa de aquellos días
escribía cosas como estas… “Sus energías e inquietudes le llevaron en el que
ha sido crepúsculo de su vida a aportar sus conocimientos al campo de la
cinematografía nacional, fundando la casa editora Troya Film, la que bajo su
dirección filmó sus novelas La Casa de la Troya y Currito de la Cruz.
La acogida entusiasta de los públicos de España y de la
América latina ha influido de una manera decisiva en el resurgimiento actual de
la producción nacional.
Con la adaptación a la pantalla de su obra La Casa de
Troya, Pérez Lugín logró saturar el ambiente editorial de un franco optimismo,
pues el éxito moral y material logrado por esta película hizo concebir las más
halagüeñas esperanzas y la alentadora confianza en un brillante porvenir de la
producción nacional”.
Alabanzas ciertamente almibaradas, como solía ser habitual en los cronistas de
esos años.
El programa de mano de La Casa de la Troya tampoco se
quedó corto en alabanzas: “Puede decirse sin la menor exageración que es la
primera película verdaderamente española, honra de la cinematografía nacional.
Español el asunto; españoles los intérpretes y los operadores; español el
maravilloso fondo, en donde se han juntado todos los encantos, las maravillas
todas de tierra, mar y cielo”.
Alejandro Pérez Lugín y sus dos obras mencionadas han
estado presentes en nuestro cine durante décadas. Currito de la Cruz fue
llevada de nuevo a las pantallas en 1936, 1948 y 1965, de la mano de Fernando
Delgado, Luís Lucía y Rafael Gil, respectivamente. Y lo mismo sucedió con La
Casa de la Troya en los años 1936, 1947 y 1959, versiones dirigidas por Juan
Vilá Vilamala, Carlos Orellana y Rafael Gil.
Vaya desde aquí nuestro pequeño homenaje.
LA CASA DE LA TROYA (1924)
Programa doble del estreno
Portada e interior
CURRITO DE LA CRUZ (1925)
Cartel del estreno
Creación de Juan Miguel
CURRITO DE LA CRUZ (1936)
Pasquín del estreno
Creación de Renau
CURRITO DE LA CRUZ (1948)
Guía del estreno
LA CASA DE LA TROYA (1959)
Cartel del estreno
Creación de Jano