martes, 17 de abril de 2012

LOS CABALLISTAS


Los dramas de la pradera, como se dio en llamar al western en España durante el periodo de cine mudo, son casi tan antiguos como el propio cine. Su aparición en América apenas puede ser considerada como algo visionario; fue sólo el reflejo del folklore de aquel país, de su carácter costumbrista. Los rescoldos de la conquista del oeste aún se mantenían vivos en ese tiempo y el nuevo invento sólo tuvo que fijar sus miras en los argumentos que aparecían en miles de novelas y folletines con los mitos y leyendas del Far West de protagonistas; personajes que en algunos casos seguían vivos.  


                         Encima, derecha, fotografía de Willian S. Hart, arquetipo del primitivo cowboy. 
Abajo, izquierda, portada de una revista de los años 20 con la imagen del actor Willian Farnum.


El primero en iniciar la configuración arquetípica del cowboy, del pistolero justiciero, fue Broncho Billy, a quien dio vida sobre el celuloide el actor Gilbert M. Anderson. Esto sucede en 1910, cuando se cumplían siete años de su debut formando parte del reparto de la paradigmática cinta de Edwin S. Porter, Asalto y robo de un tren (1903).

Unos años después será el turno de William Surrey Hart. Un hombre de rostro áspero e inconmovible, de mirada fría e inquietante, que aportará carácter al género al tiempo que ilumina las venturosas posibilidades de éste, y al que seguirían Eddie Polo, Dufstin Farnun, etc.


  Tom Mix, en una fotografía de rodaje de los años 20. 

Pero el verdadero cine de caballistas, el que muestra por vez primera el prototipo del futuro héroe justiciero, llegaría de la mano del inigualable Tom Mix. La singularidad acrobática que muestra a lomos de su caballo, así como la destreza expeditiva de la que hace gala en las broncas que protagoniza, marcan un antes y un después en el género. A él se debe la moda del binomio hombre-caballo, que a la postre acabará constituyendo el mayor acierto del grueso de actores englobados bajo la denominación “héroes de la pradera”  La pareja equina de Tom respondía al nombre de Tony –en España también fue conocido como Malacara—, un caballo que ejecutaba con disciplina militar las órdenes de su dueño y que llegaría a equipararse con éste en popularidad. Entre 1909 y 1935 el actor intervendría en cerca de 300 títulos.

En nuestro país el género no ofreció signos de consistencia hasta el inicio de los años veinte. Las razones de esa tardanza hay que buscarlas en la dificultad de introducción que tuvo el cine americano en España a lo largo de las dos primeras décadas del siglo; tiempo en el que el circuito de la distribución sólo tuvo ojos para la producción europea. Esta tendencia variará su curso definitivamente hacia el final de la segunda década, cuando la compañía de distribución cinematográfica Exclusivas Verdaguer crea su selecto Programa Ajuria surtido exclusivamente por producciones americanas, entre las que se encontraban algunos “dramas de la pradera” , como se les dio en llamar.

Luego aparecería las novelas ambientadas en el viejo Oeste, que acabarían por difundir y popularizar el género hasta límites insospechados en nuestro país. Todo apunta a la Editorial Juventud como el sello en dar el primer paso, adaptando para nuestro país distintos relatos del norteamericano Zane Grey, verdadero artífice de la eclosión del género en todo el mundo.


Postales años 20 y 30 de Eddie Polo, Tom Mix, 
Tom Tyler y Ken Maynard



Pero para entonces el cine de caballistas era ya una realidad. Y lo seguiría siendo durante más de tres décadas. Vaqueros a lomos de avispados caballos que harían las delicias de chicos y grandes durante más de tres décadas: Willian S. Hart, Eddie Polo, Dufstin Farnun, Tom Mix, Tom Tyler, Bob Steele, Ken Maynard, Hopalong Cassidy, Roy Rogers y un largo etcétera. 





Catálogo Gaumont, temporada 1928-1929
Página interior





Catálogo Fox, temporada 1923-1924
Doble página interior






Lobby Card perteneciente a una cinta 
de Tom Mix de título desconocido. C. 1925





EL VAQUERO SEVILLANO
USA, C. 1925
Programa de mano doble





Biblioteca Infantil Cinematográfica
Tom Mix, Nº. 2
Clásico folletín por entregas. C. 1935





Almanaque Nuevo Tom Mix 
Hispano Americana, 1934







Catálogo Fox, temporada 1923-1924
Doble página interior





Almanaque Charles Jones
Ediciones Bistagne, 1928
Portada de Rapsomanikis






Catálogo Arajol, temporada 1935-1936
Página interior





Catálogo Fox, temporada 1932-1933
Página interior






Prospecto publicitario dirigido al empresario
Exclusivas Turia. C. 1945





CARTELES



LUCHA DE GUERRILLAS
USA, C. 1930
Cartel 70 x 100 cm. Diseño: Chapí


EL OJO QUE NUNCA DUERME
Del serial La Montaña Misteriosa. USA, 1934
Cartel 70 x 100 cm. Diseño: Chapí




TARZÁN EL ASTUTO
De serial La Montaña Misteriosa. USA, 1934
Cartel 70 x 100 cm. Diseño: Chapí




VAQUERO VINDICADO
USA, C. 1935
Cartel 70 x 100 cm. Diseño: Raga




CRÍMEN EN EL OESTE
Tracy Riders. USA, 1930
Cartel 70 x 100 cm. Diseño: Ramón





SANGRE Y PÓLVORA EN ARIZONA
USA, C. 1935
Cartel 70 x 100 cm. Diseño: Lloan






EL TERROR DE OKLAHOMA
Oklahoma Jim. USA, 1931
Cartel 70 x 100 cm. Diseño: Concheso





EL LOBO
The man from hell's edges. USA, 1932
Cartel 70 x 100 cm. Diseño: Soligó





EL LOBO
Son of Oklahoma. USA, 1932
Cartel 70 x 100 cm. Diseño: Soligó





HUELLAS DE TERROR
Trail of terror. USA, 1935
Cartel 70 x 100 cm. Diseño: Ramón





LA LEY DEL OESTE
Wide open town. USA, 1941
Cartel 70 x 100 cm. Diseño: Lloan





LALEY DEL REVOLVER
Hills of old Wyoming. USA, 1937
Cartel 70 x 100 cm. Diseño: A. Bosqued





CONTRABANDISTAS DE BRILLANTES
USA,  C. 1940
Cartel 70 x 100 cm. Diseño: MCP





CITA EN LA FRONTERA
Hands across the border. USA, 1943
Cartel 70 x 100 cm. Diseño: Ramón





LA CANCIÓN DE NEVADA
USA, C. 1940
Cartel 70 x 100 cm. Diseño: Ramón